lunes, 25 de abril de 2011

Matanza de tiburones : el hombre, mucho más sanguinario que el animal

Por unas cien mordeduras al año, de las cuales 20 son mortales, los tiburones han adquirido una horrible reputación que resulta peligrosa para su especie. De las 350 especies de escuálidos, tan sólo unas treinta atacan al hombre, y muchas veces de forma involuntaria. Sin embargo, la cantidad de especímenes decimada por el hombre roza la masacre : se calcula que unos 100 millones de animales, sin distinción de especies, son matados cada año.

En el pasado, la matanza de estas especies era mucho menor, y sobre todo, era artesanal : los esquimales las cazaban para alimentarse y utilizar su piel para fabricar ropa, botas y otros accesorios, mientras que los dientes servían para fabricar cuchillos. En aquel entonces, los tiburones no estaban amenazados.

Desgraciadamente, hoy en día, nos podemos preguntar si los tiburones sobrevivirán teniendo en cuenta la mala reputación que tienen entre los hombres, una reputación totalmente desproporcionada comparado con el peligro real que representan estos animales. Está claro que no se pescan anualmente unas 800.000 toneladas de escuálidos solamente por venganza.

La primera causa de esta masacre se debe a la pesca industrial. En unas pocas décadas, la pesca con redes de arrastre y la pesca (verdadera persecución) con sonar han « progresado » tanto que pocas especies se salvan. El tiburón no es una excepción dado que rastreando cada vez más el fondo de los océanos, la pesca moderna es verdaderamente eficaz, pero también, totalmente ciega. Acaba con especies comunes y destruye las poblaciones de especies que son naturalmente menos presentes porque adaptadas a una zona limitada. El hombre suelta cada noche unos 40.000 km de redes de deriva.

La flota pesquera mundial cuenta con unos 3.5 millones de barcos. Unos barcos modernos sobrearmados y demasiado potentes frente al débil crecimiento de las reservas marinas: una red de deriva puede alcanzar unos 60 kilómetros… De los 77 millones de peces pescados cada año, 27 son arrojadas al mar (solo sobreviven un 10%) y 29 son transformados en harina para alimentar al ganado.

El mercado del tiburón

En los años 70, las reservas de peces llamados « nobles » (atún, bacalao, lenguado…) han empezado a agotarse y los pescadores se han orientado hacia la pesca de especies « gama baja», como el tiburón.

Entre 1980 y 1990, el auge del comercio del tiburón , muy remunerador, ha empezado a amenazar numerosas especies. Hay que mencionar que el modo de reproducción del tiburón es muy lento comparado con el de otros peces y que la pesca masiva impide que esta especie se reproduzca de forma equilibrada. En los años 90, se estima que más de 100 millones de tiburones eran pescados cada año en el mundo.

El mercado del tiburón acaba funcionando y terminamos encontrándolo en las cocinas de los restaurantes modernos. La pintarroja (o pintarrosa o pintada de Cantabria) por ejemplo, no es más que una especie de tiburón a la que dan un nombre « mediterráneo » para no desalentar a los consumidores, o todas las demás especies que entran en la preparación de la sopa de « aletas de tiburón ». Sólo en Hong Kong, este mercado creciente se estima a unos 300 millones anuales.

Cada hora, 11 tiburones son capturados en nuestro planeta. Un verdadero holocausto si sabemos que, además, el 93% de los cadáveres se tira a la basura o son simplemente arrojados al mar. ¿Por qué no comemos el cuerpo entero? Porque la carne del tiburón no es comestible, eso explica que solo se utilicen las aletas para el consumo humano, unas aletas que tan sólo representan el 7% del peso del animal…

Además, muchos de estos especímenes conocen una muerte horrenda ya que se les pesca solo por las aletas. Alexander Godknecht, biólogo y presidente de la Fundación Shark, en Zúrich, nos cuenta como son pescados estos animales : a menudo, se les corta las aletas cuando aun siguen vivos et se les echa del nuevo al mar, donde empezara su lenta y cruel agonía. Este método, el finning ha sido prohibida en Estados Unidos en 1993 pero desgraciadamente es prácticamente imposible acabar con esta pesca ya que un kilo de aletas de tiburón puede alcanzar muchísimo dinero (mínimo 150$ al por mayor) y los productos derivados del tiburón representan es muy lucrativo dado que, como lo hemos visto, interesa también el mercado científico.

El hígado de algunas especies es muy apreciado por la industria farmacéutica y cosmética ya que le extraen vitamina A y escualeno, utilizado en la lucha contra el colesterol. Pero el hombre, que no hace nada sin exceso, le añade a este triste palmarés unos trofeos de una futilidad notoria y con consecuencias desastrosas: las mandíbulas de tiburón son comercializadas, sus dientes son tallados para fabricar colgantes y hasta los cristalinos (parte de los ojos) son vendidos a los turistas bajo la engañosa apelación de “perla”. En cuanto a los esqueletos, acaban juntándose con las miles de toneladas de peces destinados a alimentar al ganado

Se supone que los tiburones no desarrollaban tumores cancerosos, un mito que explica el interés de la ciencia por la pesca del tiburón. Sin embargo, científicos han observado al menos seis casos de tumores cancerosas en algunos especímenes, así que los que promocionan sus píldoras a base de cartílago de tiburón para prevenir el cáncer deberían informarse mejor, o mejor aún, dejar de mentirnos. Estos mitos y falsos descubrimientos científicos, cuyos detalles no vamos a mencionar aquí para aligerar el artículo, hace que algunas empresas, como una empresa de Costa Rica a producir anualmente más de 250.000 píldoras a base de esqueleto de tiburones para venderlos como complementos alimentarios.

Menos peligrosa en cuestiones de cantidad, la pesca mayor, pesca durante la cual el hombre se enfrenta supuestamente a un monstruo, es en definitiva muy poco peligrosa para el pescador, ya que éste, posee una cincha que lo mantiene sobre un barco superequipado. Entre los países campeones de la exterminación de tiburones se destacan España, Japón, Filipinas y México. Desde la equivocada película de S.Spielberg, Tiburón, el gran tiburón blanco es víctima de la pesca deportiva abogando que este animal se come al hombre. Totalmente falso. En realidad, el tiburón ataca el hombre porque no logra distinguirlo de sus presas habituales (focas, leones marinos, etc.).

Debemos mencionar que además de ser totalmente inútil, esta pesca es también desleal dado que el hombre utiliza armas de fuego y técnicas muy desarrolladas (sonar, etc.). En algunas regiones, como en las isla francesa de la Reunión, perros y gatos tanto vivos como muertos son usados como cebo para tiburones por pescadores.

Ecosistema en peligro

A pesar de ser (injustamente) los animales más odiados y temidos por el hombre, se merecen nuestro respeto y protección. Los tiburones son seres fascinantes que se encuentran arriba de la cadena alimenticia y juegan un gran papel en el balance del ecosistema marino.

Según la organización para la alimentación y la agricultura (FAO), compuesta de 174 estados, la presión de la pesca sobre los océanos amenaza a muchas especies marinas. Según esta organización, el 44% de las reservas mundiales de pescado ya han alcanzado su límite de rendimiento. La sobreexplotación es evidente: el tamaño de los atunes ha pasado de 21 kilos en 1969 a 11 kilos actualmente. Debido a esta caza, el ecosistema marino está amenazado: por ejemplo, las focas se multiplican de forma importante y eso conlleva su matanza (ver enlace) por parte de países como Canadá por ejemplo.

Se considera que unas 70 especies de tiburón de las 375 especies conocidas están amenazadas.

Cómo puedes ayudar

  • No pidas sopa de aleta de tiburón. Haz escuchar tu voz al no comer en restaurantes que sirvan estos platos.
  • Informa a otras personas sobre la pesca ilegal de los tiburones.
  • No te involucres en actividades que le puedan causar daño a la población de tiburones. Si vas a bucear para ver tiburones, por ejemplo, considera hacerlo por medio de tours ecólogicos. Entre más dinero se invierta en este tipo de turismo, más notarán los gobiernos que el proteger a los tiburones vale la pena.
Via: www.humanityy.com

0 comentarios:

Share

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More