martes, 1 de junio de 2010

Cine y circos: un infierno para los animales. ADVERTENCIA: Estas fotos pueden dañar la sensibilidad de algunas personas.

A muchas personas les gusta el circo. Piensan que es todo un arte y aplauden a los domadores por su valentía. ¿Cómo consiguen que animales salvajes y feroces obedezcan a cada una de sus órdenes? Deben saber comunicar con los animales. Deben tener un talento especial Pues me temo que nos equivocamos.

En el lado oscuro de este mundo bohemio, detrás de las luces y los trajes de lentejuelas, se esconde un purgatorio para los animales. ¿Qué otro nombre podría cualificar las condiciones de vida deplorables de estos seres utilizados como juguetes? Viven en los medios de transporte y recorren miles de kilómetros al año encerrados en minúsculos remolques. Son encadenados y expuestos al frio y al calor, sin distracción, y ni siquiera disponen de un espacio mínimo necesario a la expresión de su comportamiento natural… ¿Cuándo salen? Pues para aparecer unos minutos por la pista frente a un público ruidoso, cuyos aplausos asustan al animal.
La reglamentación es difícil de aplicar debido al carácter itinerante de los circos, es decir que además de no respetar el más mínimo bienestar para los animales, los circos escapan a cualquier sanción legal.

No entienden la noción de trabajo. Los animales que « actúan » en los circos sufren durante toda su vida.


Cadena perpetúa

En los circos, los animales sobreviven en unas condiciones deplorables. La mayoría del tiempo están encerrados en un remolque con rejilla, con un poco de paja en el suelo. Los elefantes son atados por una pata y los caballos, llamas y otros herbívoros son encerrados en cualquier cercado. No disponen de agua, ni de techo para protegerse de la lluvia o del sol. No tienen ningún espacio para moverse y eso les provoca un terrible sufrimiento. Las madres que dan a luz, se ven retirar rápidamente los recién nacidos ya que los matan en un intento por liberarlos. Los perros son atados continuamente y los gatos amontonados en jaulas. Para el personal del circo, sólo son objetos de trabajo. Sólo salen para el espectáculo.

En la naturaleza, los animales salvajes recorren largas distancias, algunos suelen recorrer unos 20 km al día, y el hecho de mantenerlos así encerrados favorecen una situación de estrés y de desamparo, ya que como nosotros, sufren de no ser libres. De hecho, muchos intentan y/o logran escaparse, y las consecuencias pueden ser dramáticas para el público y también para los animales que acaban siendo sacrificados.

Los animales en los circos viven una vida de dominación, confinamiento y entrenamiento violento. Los animales de circo han nacido en cautividad, o bien son animales secuestrados de su hábitat original por redes ilegales de tráfico de animales, y no están hechos para soportar un adiestramiento perpetuo.

Estos animales están en los circos para ejecutar números “artísticos” o de entretenimiento, en los que aprovechando sus capacidades y habilidades naturales, son obligados a ejecutar todo tipo de bailes, saltos, piruetas, coreografías en solitario o con otros animales.

El terror de los leones: ver el vídeo

El adiestramiento

Para que el león salte dentro del aro, que un oso baile sobre una pelota o que un elefante ande sus patas traseras, no hay misterio, ni relación excepcional entre el domador y el animal. Sólo lo hacen por condicionamiento negativo y para evitar recibir latigazos y ser privados de comida. En la mayoría de los casos se les obliga a adoptar posiciones que no son naturales para ellos. No entienden el motivo de esas obligaciones y además son víctimas de fracturas y de mucho sufrimiento físico. A veces, intentan escaparse, liberarse, negarse a ejecutar esos movimientos repetitivos e inútiles para ellos; entonces, el domador estima que ya no los necesita…

Las proezas que realizan son inculcadas por la violencia, y no por el amor y el cariño, como lo dicen muy hábilmente los domadores:

Un oso que baila sólo lo hace porque no tuvo otra opción que saltar con una y otra pata cuando lo colocaron sobre una placa de metal ardiendo.

Un caballo acostado que levanta la cabeza para besar a su domador no es nada natural. Éste lo consiguió atando el caballo al suelo y pegado con un pico a la vez que el domador se inclina. En realidad, el caballo intenta escapar del golpe, lo que provoca la ilusión enternecedora de un beso a su amo. Una vez el animal adiestrado, no hace falta atarlo o pegarlo ya que está condicionado y ejecuta su proeza bajo los aplausos del público entusiasta.

  • Algunos garfios y ganchos metálicos están discretamente diseñados para dar golpes eléctricos (llevan unos dispositivos ocultos en la parte que se manipula el bastón), por lo que el público no podrá darse cuenta de que lo están electrocutando. Se ha visto a entrenadores que, antes de entrar a la pista y fuera de la vista del público, golpean violentamente a los animales como una señal de advertencia para recordarles quién es el jefe y asegurar así que los animales ejecuten su número en el show.

  • Si los elefantes obedecen es gracias a la amenaza del bichero metálico con ganchos que se le planta detrás de las orejas, donde la piel es más sensible y donde la sangre no se ve. Y si levantan las patas es porque han aprendido a base de pisar clavos enormes, que no deben posar el pie en el suelo….

Adiestrar un elefante, paso a paso: ver Ringling Circus

Artículo de PETA en español sobre los circos: aquí

La doma de estos animales sólo se consigue por la fuerza. ¿Quién piensa razonablemente que un elefante va a levantarse sobre una sola pata o un tigre saltar en un aro de fuego de forma natural? ¡Vamos! La proeza se consigue por el terror instaurado por los domadores entre los bastidores. De hecho, los mismísimos domadores dicen que sólo el miedo consigue aplacar a estos animales. Sólo se someten por la fuerza y las amenazas. En el mundo animal, la noción de trabajo no existe y lo pagan caro, a base de castigos y golpes.

Existen diversos vídeos de cámara oculta que denuncian el maltrato y la violencia con que se trata a los animales en los circos:

Ver los vídeos: Circos 1 (alta calidad) ; Circos 2 ; Circos 3 ; Circos 4 ; Circos 5

Un triste final

¿Los nacimientos enternecedores son muy mediatizados, pero que pasa con las numerosas muertes? ¡Ni una palabra! Sin embargo, en algunos casos no ha habido más remedio que matar algunos animales frente a las cámaras: cuando se escapan. No hay que olvidar que se trata de animales salvajes y que pueden cometer grandes desastres en un intento por escaparse y recuperar su libertad.

  • En 1994 en Honolulu, la elefanta Tyke se escapo tras haber herido un vigilante y matado a un domador. No fue la primera vez que ocurría algo similar con el animal. Acabo derrumbándose, ensangrentada por 86 balas disparadas por la policía. Ver el vídeo
  • En 1998 en Paris, el oso Tibor de 21 años y de 300 kilos, del circo de Laponia, salió de la pista e hirió a una niña. Algunos espectadores pusieron una denuncia, por malos tratos sobre un animal y por falta de seguridad.

Educación y seguridad

Los circos con animales también van en contra de los principios educativos que mencionan los defensores del circo con animales.

No, los circos con animales no sensibilizan a los niños al respeto por la naturaleza. ¿Qué hay de educativo y de positivo en el hecho de mostrar unos animales sometidos a la voluntad humana? No se les enseña nada acerca de las especies que ven desfilar. Al contrario, los niños ven leones de África junto a tigres de Asia, cuando éstos, nunca se encontrarían en la naturaleza, y al ver las muecas de los monos, creen que están sonriendo e incluso riendo, mientras que en realidad sólo son muecas de terror y de miedo… Las especies en peligro de extinción son exhibidas sin que nada les sea contado al respecto.
Además, los circos con animales son amenazas para la seguridad pública: los animales, al llevar una vida de estrés, enfermedad o aburrimiento, pueden atacar al público, escaparse, morder, provocar accidentes de tráfico, etc.

Entrevista con un domador

Paul Leroyer, un domador arrepentido nos cuenta la dura realidad del adiestramiento:

« Se torturan a animales por dinero. Al cabo de una temporada el público se cansa de los mismos numeritos y hay que encontrar otros números de circo. Es una competición para el dinero y como consecuencia, una escalada hacia el horror… »

«En el caso de los perros, para enseñarles a hacer una voltereta, se le ata un arnés alrededor de la cintura, se levanta al animal brutalmente y se le hace voltear, y un golpecito por aquí, y otro por allá, y otra vuelta, cada vez más rápido. Y ala, en tu jaula. Una jaula donde el animal no puede ni darse la vuelta. A veces también se rompe una pata. Pues entonces será arrojado a los leones….»

«Domar a un animal, es romperlo, obligarlo a someterse, obligarle a ejecutar algo que no quiere y que no entiende. Es imposible lograrlo sin violencia. »

«El tamaño reducido de las jaulas aumenta la miseria de estos animales: tienen diez veces menos espacio que en los zoos. La jaula, la cárcel, también supone aburrimiento. ¡Son prisioneros y no son culpables de nada! Un estudio inglés demuestra que los felinos permanecen encerrados entre 75 y 99% del tiempo. Los elefantes son atados por una pata y los caballos pasan su vida frente a una valla.

Además, 9 o 10 veces al año, los animales tienen que soportar un viaje inconfortable durante cientos de kilómetros sin que ninguna legislación imponga un límite de tiempo o de condiciones sanitarias.

Cuando paran, tienen que soportar temperaturas extremas, frio o calor, sin que se tome ninguna medida al respecto.

Cuando los artistas del circo se van de vacaciones, los animales se quedan encerrados durante largos periodos de hasta tres meses. Encerrados, inmovilizados, sin hacer nada, sin salir de sus jaulas.

Además, muchos circos con poco dinero no alimentan correctamente a los animales. Tampoco se les cura si están heridos o enfermos. Está claro que son víctimas de malos tratos, y hasta actos de crueldad.

Y aunque el adiestramiento se hiciese con suavidad -cosa que no puede ser realizable-, esta sórdida existencia de payaso prisionero no podría tampoco justificarse. Sus jaulas y su miseria la deben a los espectadores. »

Un espectáculo estresante

«Algunos creen que los animales se divierten en la pista. Pero aunque por lo menos estén fuera de la jaula durante unos minutos, se ven obligados a ejecutar tareas bajo la amenaza, en un lugar muy reducido y ruidoso. Es una situación de estrés permanente para ellos, ya que saben que cada error será “corregido” por los domadores, a veces en público, pero de forma mucho más violenta en los bastidores.

Y el público, ingenuo, cree que basta con una golosina. »

Para luchar contra esta forma de esclavitud en nombre del espectáculo, lo único que podemos hacer es no acudir a esos circos para no ser cómplices de esos malos tratos.

Existen circos sin animales en donde el espectáculo y la diversión están asegurados para niños y mayores. La oposición a la utilización de animales en el circo está creciendo a nivel internacional. Países como Finlandia, Austria, Costa Rica, Brasil, Bolivia o Singapur ya lo han hecho. Y también ciudades como Barcelona se niegan a aceptar la entrada de circos con animales.

El Circo del Sol, circo sin animales (en español) : http://www.cirquedusoleil.com

Podemos salvarlos al no acudir a circos con animales.

Los animales en el cine

En la industria del espectáculo, los animales circo no son los únicos que sufren de malos tratos. Los animales « actores » también son víctimas de malos tratos. Condiciones de vida inadaptadas, mutilaciones, doma por el terror y la violencia.

Al final de las películas con animales, podemos ver la mención « ningún animal ha sido maltratado en esta película » . Esa afirmación es engañosa y sólo tiene como objetivo tranquilizar al público. Engañan a un público enternecido por la supuesta complicidad entre el hombre y el animal. Porque para llegar al resultado que se ve en la gran pantalla, el animal paga el precio, a base de maltrato físico y psicológico.

En realidad, estos animales son encerrados día y noche en espacios muy reducidos, y las encuestas llevadas a cabo por asociaciones como PETA y One Voice han demostrado que los animales son mantenidos en lugares oscuros, de los cuales solo salen para actuar. La mayoría de los alimentos están pasados y muchos animales repiten incasablemente los mismos movimientos, debido al estrés y a la miseria psicológica que deben soportar.

Una jaula en el infierno: ver el vídeo

Adiestrados para temer

Para preparar a los jóvenes chimpancés cautivos a la vida en televisión y a los rodajes, los adiestradores suelen pegarlos a puñetazos, o incluso con martillos o palos con tal de establecer una dominación física. Por naturaleza, los jóvenes chimpancés son híper activos y se distraen fácilmente, o sea que su comportamiento es el comportamiento opuesto al deseado por su adiestrador. Para que el animal obedezca, el hombre no tiene más remedio que amenazarlo y golpearlo para conseguir que le preste atención frente a la cámara.

También se pueden utilizar dispositivos eléctricos para enderezar a los monos para obligarles a someterse. Esos maltratos calculados transforman a los chimpancés en individuos asustadizos que se volverán obedientes por miedo a las sanciones físicas.

Métodos similares son utilizados para los perros.

Algunos ejemplos de maltrato:

  • En el rodaje de Babe el cerdito valiente, ese cerdito tan simpático, se sacrificaron 48 cerditos porque engordaban tan rápidamente que ya no les servían para rodar las escenas siguientes. En esa película también aparece un gato, Chatrán. Para su aparición en la película se utilizaron 65 gatos, porque durante el rodaje fueron muriendo uno a uno.
  • El delfín más famoso del mundo, Flipper, murió de agotamiento. Según parece, los delfines sólo son dóciles si están hambrientos, así que un día Flipper simplemente no quiso comer más y murió.
  • Chita, la fiel compañera de Tarzán, fue abandonada en un hospicio al igual que el famoso león de la Metro Goldwyn Mayer.
  • Para rodar la película Habla con ella, Almodóvar mandó sacrificar a 6 toros para las esecnas de corridas.
  • Lassie era en realidad un macho y para rodar las escenas le ocultaban los genitales con una bolsa de pelo falsa.
  • En la película Manderlay de Lars VonTrier, se mata a un asno a golpes para rodar unas escenas. El actor John C. Reilly abandonó el rodaje y denunció aquel hecho innecesario y brutal. Ver el enlace del artículo.

¿Merece la pena lo que sufren los animales para que nosotros vayamos a reírnos y pasar un rato al cine?

Muchos adiestradores han denunciado casos de malos tratos a animales durante el rodaje de películas pero esto no es suficiente. Quizá, si la gente dejara de ir al cine a ver “lo bonitos que salen los animales en la tele” no habría razón para hacer estas películas que tanto sufrimiento provocan. Si a los niños se les enseñara que para que los animales salgan en la pantalla lo han pasado muy mal y algunos han muerto sabrían que los animales no son un divertimento, sino un ser vivo que es bonito en libertad y feliz.

Es una lástima que animales que tanto nos han enternecido acaben así.

Más información: http://www.circos.org

0 comentarios:

Share

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More