Proyectos como éste nos demuestran que el diseño es un arma ecológica en potencia, en el buen sentido de la palabra, of course. En potencia y en efecto, porque esta idea ya es también una realidad, sólo falta sacarla a la calle. Hablamos de un mobiliario urbano realmente original, que ayuda a hacer amigos y a cuidar el entorno. ¿Te gustaría subirte a una bicicleta para obtener luz de una farola, o disfrutar de ella gracias a la solidaridad de otros vecinos?
La idea ha sido de un estudiante de diseño de Bharat Bhargav, estudiante de diseño de Central Saint Martins, en Londres, cuyo objetivo era lograr un mundo más amable, donde los vecinos interaccionen y aporten su granito de arena a la conservación del planeta.
Una meta que parece haber logrado con creces diseñando este nuevo objeto, bautizado con el nombre de Pedal Powerd Light, compuesto por tres elementos: un banco, una bicicleta y una farola.
Su ventaja y funcionamiento son tan sencillos como parecen. Por un lado, proporciona un banco (siempre escasos) e invita al viandante a subirse a la bicicleta, fomentando las relaciones sociales entre desconocidos. A su vez, creamos energía para iluminar la farola gracias a la fuerza generada con el pedaleo.
El ingenio también anima a hacer ejercicio de forma gratuita, y a cualquier hora del día (su batería se carga para ir consumirse en el futuro), llamando la atención sobre las posibilidades que ofrecen los espacios públicos para incitar a la ciudadanía a llevar una vida saludable.
Cómo no, me gustaría ver estos bancos en las calles de las ciudades. A diferencia de otras instalaciones de mobiliario urbano, aquí hablamos de generar, no de consumir, y de conceptos tan bonitos como compartir, amistad, conciencia ecológica, civismo…
Via: www.ecologiablog.com
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