El patético programa científico japones de captura de ballenas quedo una vez mas al descubierto cuando un grupo de investigadores demostró que el ADN del sushi ofrecido en diversos restaurantes del mundo pertenece a las ballenas asesinadas por Japón con supuestos fines científicos.
La situación de Japón con respecto a la caza de ballenas y Atún es casi tan vergonzosa como el hecho de que la comunidad internacional no haya impuesto duras sanciones al país por destruir “nuestras” especies.
Los resultados del estudio fueron publicados en la versión digital de la revista Biology Letters. Aunque desde mediados de los ochenta existe una prohibición mundial para comercializar la carne de ballena, Japón las sigue cazando en lo que ellos denominan programa científico. En otras palabras capturan 100 ballenas, estudian una o dos y las demás las comercializan.
Como parte del estudio, reflejado en la película The Cove (1) sobre la pesca de cetáceos en Japón, investigadores de la Universidad Estatal de Oregón analizaron el ADN de sushi servido por un restaurante de Los Ángeles y otro de Seúl en 2009.
Las secuencias de ADN mitocondrial analizadas en ambos casos coincidían con otras extraídas de filetes de ballenas adquiridos en Japón en 2007 y 2008. Todas las especies de ballena detectadas están sujetas a prohibición de comercio internacional según la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES).
Los autores del trabajo han pedido a Japón y Noruega, otro país ballenero, que hagan públicos sus listados del ADN de los ejemplares pescados, lo que facilitaría rastrear cada trozo de sushi vendido en el mundo hasta su origen. Lo mas grave no es que se venda la carne de ballena, sino que la gente la consuma.
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