Pescados nadando entre burbujas de aire en un río de coña hecho con botellas de plástico. Árboles de cartón adornando las paredes o una corriente de agua decorando las escaleras mecánicas. De esta forma es como se imaginaron los artistas Peter Gibson (AKA Roadsworth) y Brian Armstrong, el centro: como una especie de eco-sistema de artículos desechados recogidos de los contenedores de basura del propio comercio.
No ha tenido que ser fácil. Reunieron hasta 20.000 botellas de agua y más de 10.000 metros cuadrados de cartón. El resultado es brutalérrimo, un paisaje alucinante que pone de manifiesto el problema de los residuos.
Gibson se dio a conocer cuando le dio por pintar los carriles para bicicletas y otros símbolos en las calles de Montreal para denunciar la cultura del automóvil. Según él:
“La disposición ordenada de las botellas que componen las cataratas y el estanque y la colocación regular de los árboles a lo largo de las líneas arquitectónicas satisfacen el anhelo de orden y la ilusión de que estamos de alguna manera por encima del desorden”.
Lo cierto es que, al margen de la típica declaración para la galería del autor, el lugar que eligieron no podría ser más perfecto. Es la meca del consumismo en Montreal.
Via: www.monkeyzen.com
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