Para los criadores equinos franceses no hay duda: la tracción animal debe considerarse energía renovable e incluirse en la legislación como tal. Desde hace varios años luchan por este reconocimiento oficial a nivel europeo.
El gremio se mueve para conseguir su propósito, no deja de hacer manifestaciones públicas y peticiones políticas. Sin ir más lejos, Jean Luis Canelle, presidente de los criadores de Belfort, un departamento al este del país, interpeló al ministro delegado de Asuntos Exteriores y Europeos. Concretamente, le pidió que la tracción animal formara parte de la lista de las energías renovables europeas.
Los criadores argumentan que los caballos es una energía mucho más limpia que otras tecnologías actualmente en desarrollo por el hombre. Consideran que la tracción mecánica es ecológica, pues no daña el medio ambiente y se integra en un entorno natural. Además, ven la fuerza equina como una forma de energía solar. Los caballos son vistos como una forma de energía solar obtenida a través de la alimentación, constituyendo una fuente de energía ilimitada.
Su uso no se limita a las labores agrícolas ni al típico carruaje que pasea a turistas y recién casados. Los caballos también se utilizan para tirar de curiosos tranvías, taxis o ambulancias, igualmente sirven para desplazarse a las fuerzas de seguridad o, por ejemplo, para tirar de camiones recogedores de la basura. Aunque aún de forma experimental, se está reintroduciendo el caballo como medio de transporte en algunas ciudades francesas.
¿Por curiosidad, qué opinarían los principales afectados? Ejem, ejem, con toda seguridad los sufridos caballos rechazan ser tracción mecánica, pero me temo que poco importa su opinión. ¿Y los ambientalistas y defensores de los animales, qué piensan ellos? Los más tibios luchan mejorar las condiciones de trabajo de los animales, mientras los más puristas, directamente consideran maltrato su uso como animales de carga, por lo que consideran fuera de lugar intentar ver las ventajas de la energía limpia en un sucio asunto como éste. ¿Y tú, cómo lo ves?
Via: www.ecologiablog.com
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