En la estación central de trenes de Estocolmo (Suecia) se han instalado intercambiadores de calor para aprovechar la energía térmica producida por las 200.000 personas que pasan al día por sus instalaciones. Con estos aparatos se capta la energía que desprende la gente.
Posteriormente mediante intercambiadores de calor, instalados en el sistema de ventilación de la estación, esa energía se transforma en agua caliente que sirve para calentar un edificio aledaño.
El consumo de energía, del edificio que recibe el calor, se ha reducido en un 25%, y el sistema funciona de manera óptima por las bajas temperaturas en Suecia.
Un proyecto que ya se está pensando en implantar en otros edificios de la capital sueca.
Via: www.medioambiente.org
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