Llegó abril y con él el Mes de la Tierra, un momento ideal para difundir información y generar conciencia sobre el calentamiento global y las prácticas contaminantes que tienen consecuencias negativas sobre el planeta.
A pesar de que se trate de un problema a gran escala, cada uno de nosotros puede ayudar a mejorar la situación. Un aspecto fundamental es generar un cambio de hábitos, sobre todo en lo que respecta al consumo dado que procediendo a conciencia se pueden ahorrar recursos naturales como agua, energía y petróleo, a la vez que reducir la basura y la contaminación.
En relación con esto, mucho se habla de las 3R (reducir, reciclar, reutilizar). Pero ¿Cómo implementarlas en nuestros hábitos cotidianos? En esta nota te damos algunos consejos para que en el Mes de la Tierra te vuelvas un consumidor responsable y te involucres en la lucha por el medio ambiente.
• Reducir
Antes que reciclar o reutilizar, se debe pensar en reducir. ¿Cuántas veces vamos de compras y terminamos llevando productos innecesarios? Por eso, se deben tener en cuenta algunos aspectos:
-¿Es un producto que ya lo tengo?: Quizás la respuesta es sí pero creemos que su vida útil terminó. En lugar de comprar por comprar, se debe volver al hábito de reparar.
-¿Cuál es su funcionalidad y durabilidad?: Hay que distinguir si se trata de algo realmente útil o que sólo queremos por compulsión. Además, se puede tener en cuenta si algún familiar o amigo lo tiene para prestar y cuál es el tiempo previsto de duración, entre otros aspectos.
Una buena opción es realizar una lista antes de ir de compras e incluir sólo aquellos productos que necesitamos para no tentarnos y llevar de más. Además, es necesario ir al comercio con una bolsa reutilizable y evitar los envoltorios plásticos.
Foto: realcubo.com
• Elegir productos amigables con el medio ambiente:
Existen muchas opciones de productos amigables con el medio ambiente, o que al menos disponen de componentes menos contaminantes que otros. Por eso, a la hora de hacer las compras es importante considerar:
-¿De dónde provienen las materias primas?: Pueden obtenerse a partir de procesos de reciclaje o de recursos renovables, evitando así la contaminación en origen. La ropa ecológica o los alimentos orgánicos son un claro ejemplo de procesos productivos amigables con el medio ambiente.
-¿Cómo se produjo su fabricación?: Hay productos cuya fabricación genera menos consumo de recursos naturales que otros. Muchos de ellos presentan etiquetas que demuestran haber sido elaborados mediante energías renovables, evitando la utilización de sustancias tóxicas, sin el testeo en animales o siguiendo parámetros de comercio justo, entre otros aspectos.
Es importante tener en cuenta la información que contiene el envase antes de comprar, valorando aquellas empresas que tuvieron en cuenta el entorno natural y social antes de fabricar.
-¿Cuál es el impacto de su uso?: Existen elementos más eficientes que otros, que al ser utilizados generan menos contaminación. A la hora de comprar electrodomésticos, se debe optar por aquellos que consumen menos energía, mientras que para otros productos se deben considerar aspectos como su envasado (es preferible elegir objetos que se venden sueltos), su capacidad de reciclaje y de reutilización. Esto permitirá reducir la basura y el impacto generado tras su uso.
• Reutilizar:
Cada vez se difunden más ideas y propuestas para reutilizar los productos y dejar de considerarlos como basura. Mientras que podemos realizar nuestros propios objetos a partir de la reutilización de materiales (como electrónicos, botellas, cartones y otros elementos), también se puede aportar eligiendo aquellos que fueron realizados por otros mediante este procedimiento. Gracias a pequeñas iniciativas el mercado ofrece accesorios, obras de arte, muebles e indumentaria realizados a partir del reciclaje y de la reutilización.
Bolso con hojas de revistas. Foto: Gentileza Karina Fleider
• Reciclar:
Para reducir la basura es fundamental adquirir el hábito del reciclaje. Mientras que la idea más fácil es dividir entre residuos secos y húmedos para que puedan volverse a utilizar como materias primas, existen otras opciones que facilitan el proceso y pueden resultar muy efectivas. Gracias a que muchos recuperadores urbanos trabajan con ellos, los desechos se pueden clasificar entre: orgánicos, papel y cartón, plásticos, aluminios, vidrios, textiles y electrónicos, entre otros.
Via: www.tuverde.com
0 comentarios:
Publicar un comentario